Y otra cosa que extrañamos horrores los fines de semana es tener los dos brazos libres (de niña, pañuelos, juguetes, el vasito, la mema, el chupete -que no usa pero acarrea-, Vivi, Manu y Roberta, etc. etc. etc) para sentarnos en el sillón a NO HACER NADA. Pero nada de nada. Ni hablar siquiera. El P de la C en esos momentos, que son tan pocos y casi siempre después de las 11 de la noche, a veces y muy tímidamente me pide que le rasque la espalda... imaginan mi respuesta, no? bueno, imagínenla porque no la puedo reproducir. El ÚNICO momento en que no estoy haciendo NADA y me pide que le rasque la espalda?????
Por suerte, el P de la C, entiende. Y ya se buscó otra estrategia. Le explicó a Mati cómo hacerlo. Así que ahora se lo pide a ella... claro que con sus escasos 20 meses, M a veces rasca y otras, rasguña!!! o le clava algo... pero bueno, ya es cosa de ellos. Por suerte!
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Felicidad plena: tv y rasqui. |
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