martes, 14 de mayo de 2013

Nadar sola

Cuando era adolescente leí el libro de cuentos Nadar de noche, de Juan Forn. Me encantó. Cuentos cortos, lindos, inspiradores para ese alma adolescente que yo tenía.
Nadar no me gusta mucho. Mojarme, bah. Empiezo con el agua en los oídos y la amenaza de la otitis, con la malla mojada más de la cuenta, con el pelo, con dónde pongo la ropa, cambiarme, revisación médica... en fin, es mucha fiaca.

Sin embargo... como todo, los niños hacen lo que quieren...y a M le encanta el agua! decir que es acuariana me parece medio pavo. pero es. y el sábado, cuando la llevé a natación, sentí que realmente era lo que ella quería... estuvo toda la semana diciendo "bieeeennn" cada vez que le contaba que iríamos a una pileta con techito. Cuando llegamos, había muchos nenes, papás, ruidos, pero ella enfocada. La acompañé al vestuario, le presenté a la "seño" y la ayudé a cambiarse. Yo no me cambié, entraría el padre a la pile con ella, desde el vestuario de hombres. Caminamos por la pile grande hasta llegar a la chiquita y la ayudé a sacarse las crocs. Mientras, le explicaba que yo me iba afuera y que papá iba a entrar, ni me escuchó. Se tiró a la pileta y ahí, solita, esperó al padre. Yo me fui con una envidia tremenda por el padre! la espié desde los ventanales de la pileta y estuvo súper todo el tiempo, participaba en las consignas de la profesora, saltaba, abrazaba al padre, no podía escuchar qué decía pero se notaba que hablaba y hablaba.

Mañana me depilo. El sábado que viene, entro yo. 









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